Entrevista a Fernando Bazán, conociendo de cerca un proyecto especial

Fernando Bazán

Conocí a Fernando en un concierto y hablamos de sus proyectos, cuando supe de esta etapa  decidí alejarme un poco y estudiarla desde fuera, en su momento os dejé las impresiones , ahora la entrevista.
En esta rentrevista dejaré que Fernando explique todo su mundo interior, espero que os guste.

-¿Cómo empezó este proyecto?
Ruán: confesiones en el no lugar comienza a gestarse como concepto musical en mi cabeza el mismo día que presenté mi primer trabajo, Vicio-Vertedero. Aunque debo confesarte que quizás ya tuviera algunas ideas mientras estaba en la fase de preproducción del primero pero necesitaban ser meditadas y ponerlas a prueba antes de decantarme por esa opción para un segundo trabajo. 

Ya viviendo en Madrid fui consciente de todo lo que se había generado en los dos años anteriores y mirando hacia mi Sur particular, tuve más claro el concepto musical, literario y escénico que iba a tener Ruán. Hacía falta tiempo y mirar desde el otro lado. 






-¿Volverías al sur para crear otro proyecto?
Nunca me he llegado a ir del todo, son numerosas las situaciones que me vinculan a mi casa y las llevo siempre conmigo. Del siguiente proyecto, en el que ya trabajo, tengo claro muy pocos detalles pero estoy seguro de que habrá influencias notables de esos ambientes, lo haga en el norte o en el sur.


-Influencias
Es complicado… desde música de capilla hasta Lou Reed, pasando por la Banda de las Cigarreras de Sevilla, Font de Anta, Tom Waits, Pink Floyd, David Bowie, The Beatles… hasta Lole y Manué, Camarón, Triana, Goran Bregovich, The Who, Santiago Auserón, Carlos Ann, Bunbury… por hablar de nombres así de paso y de un modo genérico. No llevo muy bien esta pregunta cada vez que me la hacen… Depeche Mode, The Clash, Calamaro, Iggy Pop, Bruce Springsteen, Burning… Me cuesta definir bien la influencia que ejercen los artistas que diariamente escucho en la música que hago. Supongo que todos y ninguno tendrán algo que ver en mis canciones, no tengo ni idea.




-5 temas que te encanten
Te diría más de cinco, no sé, así a bote pronto y sin pensarlo muy bien…

-Heroes de David Bowie
-El sitio de mi recreo de Antonio Vega
-Who am I de Lou Reed
-Soleá dame la mano de Manuel Font de Anta
-Atlantic City de Bruce Springsteen

-Desde el 2010 hasta ahora ¿Cómo ves el recorrido?
Han sido cuatro años, casi cinco, decisivos y muy intensos. Dos discos: Vicio-Vertedero y Ruán: confesiones en el no lugar; varias ciudades en las que he vivido: Sevilla, Madrid, Huelva; conciertos, ensayos, trabajo y desempleo, músicos diferentes con los que he compartido escenario y estudio... He tocado en bares, cafés, teatros, librerías, plazas, galerías de arte, salas de concierto… y me lo he pasado muy bien haciéndolo. Creo que es el camino, no me preocupan demasiado otras historias.

-Son canciones directas y especiales ¿Cómo se concibieron?
Supongo que el origen de algunas o de la mayoría de mis canciones radica en cualquier medio de transporte urbano o en tiempos muertos con la guitarra o el piano. Después con esas ideas trabajas a conciencia, con tranquilidad, reflexión y sin pensar en el tiempo que le dedicas a dicho proceso y al final acaban saliendo.

Hablo de sexo, muerte y destrucción en las canciones tampoco es algo muy complejo de descifrar y traducir ¿verdad?. Reconozco que para los más freaks hay numerosas intertextualidades, referencias, analogías y homenajes en el plano lírico, musical y escénico del proyecto, pero para el resto del público Ruán es bastante asequible.




-¿En que formato lo defiendes en directo?

En tres formatos diferentes.

El primero de ellos es en eléctrico con toda la banda incluyendo la sección de viento metal y la de viento madera, un total de 25 músicos.

El segundo es en eléctrico con la banda sin los vientos, 6 músicos.

Por último en acústico, 2 o 3 músicos.

Limitarlo a un sólo formato sería un error en los tiempos que corren.


-Planes para el 2014-2015
Tan sólo tocar.



-¿Qué opinas del mundo 2.0 dentro de la música?Creo que nos estamos pasando de la raya en este asunto. Hay demasiada información para asimilarla, demasiados grupos, demasiado spam, demasiados eventos… Haciendo un poco de autocrítica puede que estemos comenzando a saturar al personal. No estaría mal revisar esos manuales de buenas prácticas y hábitos en la red de vez en cuando. Las redes, el streaming y todo el rollo 2.0 nos beneficia pero a los desconocidos e impopulares se nos está volviendo cada vez más en contra.



En otra entrevista que concedí para otro medio digital similar a este, que aún no han publicado, di mucha caña con la necesidad de una selección natural, una criba que separe el grano de la paja. ¿Por qué? Porque ahora todo el mundo con un mínimo de afición, inquietudes y cualidades, algunos ni eso, puede grabarse de forma pseudo-profesional y subir las canciones a cualquier plataforma y dar conciertos por ahí. Esto es un arma de doble filo, es positivo para la música pero puede ser también nocivo. El resultado es más que visible, estamos saturando el medio y por extensión a los usuarios y consumidores potenciales que ante la lluvia indiscriminada de ofertas, acaba por ignorarlas y termina escuchando lo de siempre. En el mundo 2.0, el de los filtros de búsqueda, el de las etiquetas, el de las categorías y las clasificaciones sucede que los filtros de “calidad” están sujetos a los “me gusta”, los números de reproducciones y la cantidad de “retweets”. Este hecho puede infundir a lecturas erróneas sobre la calidad de tu propuesta, por ejemplo: si a tu concierto van 50 personas y el número de “likes” de tu página es de 500 es que eres malo de solemnidad; ahora, si llenas la sala hasta arriba y tienes 1500 “me gusta” tu propuesta musical es mejor. Esta no es una valoración real en cuanto al criterio artístico y musical, es una valoración estadística y de mercado. Es erróneo valorar una canción por el número de reproducciones que tenga y lamentablemente los social media inducen a pensar de esta manera al público en general. Se confunde la repercusión y el posicionamiento con el potencial o calidad de la canción. Podríamos llevarnos horas hablando sobre esto e incluso pedirle a algún periodista que plantee la cuestión en un ensayo, seguro que vende el libro como rosquillas.


Hay días en los que este debate interno se une al bombardeo de las redes sociales causándome una fatiga considerable y eso que estoy metido en el negocio, imagínate al resto de personas ajenas al mismo la indiferencia que este hecho le produce.


-Un concierto perfecto (lugar y junto a quien compartirías escenario vivo o muerto)
El Liceu de Barcelona o el Teatro Real de Madrid pero puede que muera antes de tocar en cualquiera de los dos.

Me gustaría compartir escenario, el salón de su casa, con cualquiera de los músicos que admiro cuando sean mayores y estén casi retirados. No me hace falta que haya público, con que lo disfrutemos los dos en la intimidad, me vale.


-Grandes festivales o miniconciertos
Como asistente antepongo los conciertos en salas de aforo reducido a los macrofestivales. Me da asco tanta gente colocada, todos ahí sudando, fumando, vomitando casi encima de ti... Los festivales son un negocio redondo, me equivoqué de lado, debí nacer con mayor vocación y visión empresarial que artística. Quizá deba convertirme en promotor.

Pese a la opinión vertida en el párrafo anterior acerca de determinados festivales, en este caso como músico sí me gustaría vivir la experiencia de un escenario enorme y de una explanada casi vacía o repleta de público, aunque por ahora las propuestas musicales que defiendo, me mantienen ligado a otros escenarios en los que tengo cerca a la gente y esa situación me estimula bastante.


-¿Cómo ves la escena nacional?
No soy de los que se empapan de las revistas de tendencias musicales, me produce verdadero espanto su lenguaje literario-periodístico musical, la estética que representan y su posición de gurús supremos a la hora de dictaminar lo que está bien y lo que está mal. Hay gente íntegra y honesta en los medios pero también trepadores y auténticos corruptos cuyas opiniones y puntos de vista están sesgados desde la primera palabra que escriben.


En cuanto a los artistas, están los que sobrevivieron a los 80 y a los 90 reinventándose con el objeto de dar un giro acertado a sus carreras, aquellos que se quedaron ahí estancados sin evolucionar haciendo lo mismo y después está todo lo que ha salido en la década del 2000 hasta la actualidad. Por encima del apogeo del fenómeno Indie, reconvertido al mainstream, hay diversidad en la escena global y sobre todo en el Underground que siempre permanecerá ahí sobreviviendo.

Los que hemos llegado recientemente a la escena musical, tenemos la gran suerte de contar con las experiencias de nuestros predecesores que prepararon el camino que hoy conocemos. Hemos aterrizado en el panorama cuando los circuitos ya estaban creados y con Internet como principal escaparate y medio de difusión. Jugamos con ventaja, ellos no tuvieron tantas facilidades.

Por otro lado nos ha pillado esta depresión cultural que arrasa el país: todo estandarizado, con escasos apoyos institucionales y con la gente que si no tiene trabajo ni dinero para llegar a fin de mes, le importa poco qué grupo colgó ayer el cartel de “no hay entradas” en la Riviera. Si a eso le sumas lo que comenté anteriormente de la saturación de las redes sociales, quizás sea necesaria una selección natural, llámalo purga, limpieza, como más te guste. Ojo cuando digo natural, no quiero decir provocada que esa ya existe.



-¿Qué no puede faltar en un día en el local? ¿Y en la furgo?

Botellas de agua y un ventilador. En la furgoneta gasoil y una buena selección de discos para el viaje.

-¿Rituales preconcierto?
Soy muy maniático en mi vida cotidiana, pero antes de salir al escenario lo único que hago es vestirme con tranquilidad a ser posible, aunque nunca sucede así. Si hay ducha en los camerinos, me gusta ducharme con agua caliente, pero esto me ha pasado en muy pocas ocasiones.


-Próximas fechasComo decía aquel tipo impresentable del bigote “Estamos trabajando en ello”


-¿Dónde podemos encontrarte?



-La mayor locura en un escenario
Habré dicho y hecho muchas gilipolleces sobre un escenario pero la más absurda fue lanzarle al público un corazón de cerdo crudo. Cosas del directo.


-Un saludo
Gracias Jero por tu entrevista y por el tiempo que nos dedicas elaborando tu espacio musical.

@jero22ind


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